miércoles, 10 de agosto de 2011

Grandes misterios de las lunas de Júpiter

Júpiter, el mayor planeta del sistema solar, posee una impresionante camada de cuerpos orbitándolo, con 64 lunas actualmente catalogadas. Pero la mayoría de ellas son muy pequeñas, poco más que grandes piedras en el espacio, posiblemente asteroides capturados por el planeta.

Cuatro de ellas son una excepción, son lo bastante grandes como para ser fácilmente observables desde la tierra con pequeños telescopios, como lo comprobó Galileo Galilei, su descubridor, en cuyo honor recibieron la denominación de "Lunas Galileanas", Io, Europa, Ganímedes y Calixto.

Las lunas galileanas.

Juntas las cuatro lunas, forman el 99,9 % de la materia que orbita al planeta. Cada una de ellas con su carácter particular y rompecabezas científicos. Veamos  a continuación un compilado con los misterios principales de cada una.

Io, la activa luna de pizza.

Es la más cercana a Júpiter entre las lunas galileanas. Su proximidad ayuda a explicar su peculiar apariencia infernal, salpicada de manchas amarillo-sulfurosas, volcanes activos y la casi total ausencia de cráteres.
Io

Io posee en efecto cerca de 400 volcanes actualmente en actividad, cadenas montañosas formadas por la tectónica de placas. Esta luna es el objeto, geológicamente hablando, más activo del sistema solar.

La energía que hace posible esta actividad proviene en gran parte de un "tira y afloja" gravitatorio entre Júpiter y las otras tres lunas galileanas con Io atrapada en el medio. La constante de estiramiento y la compresión que ejerce esta influencia gravitacional hace que Io se caliente en su interior, lo que provoca que la luna a menudo expulse lava, ceniza y azufre  al espacio. 


Como las fuerzas de marea, sin embargo, no es posible explicar toda la actividad volcánica de Io. La historia de las variaciones en la influencia gravitatoria de Io, sigue siendo turbia. En otras palabras debe existir algún mecanismo "extra" que aporte energía adicional a la luna.  Teniendo en cuenta lo interesante que es este objeto podría ser el objetivo de toda una misión espacial.



Europa, una apuesta inteligente para la vida extraterrestre?

La luna de Júpiter que tiene más posibilidades de conseguir algún día su propia misión específica es Europa. Este objeto helado blanco con vetas de color marrón en su superficie se presenta como uno de los mejores candidatos para albergar vida extraterrestre en nuestro sistema solar. 

Europa.


Bajo una capa de hielo de, tal ves, 10 a 30 kilómetros de espesor, Europa probablemente alberga un océano de agua salada. Dependiendo de los componentes químicos y modelos geológicos utilizados, este océano podría tener el doble del volumen de todos los de la Tierra.

Comprensiblemente, los astrónomos están llenos de preguntas acerca de este océano subterráneo (sub-europeo???). La pregunta principal sería: "La fuerza gravitatoria ejercida sobre la luna, ¿Permitiría el desarrollo de la vida de alguna manera?". Preguntas que intentará responder la nueva misión de la NASA, Jupiter Europa Orbiter JEO.

Jupiter Europa Orbiter JEO.
La idea no es tan descabellada. La flexión de marea de Júpiter podría mantener el interior caliente de Europa. Esta energía podría, a su vez, apoyar a la vida microbiana, análoga a la que se encuentra alrededor de las ventilas hidrotermales en los océanos de la Tierra. Los rayos cósmicos que llegan desde el espacio podrían golpear la corteza de hielo e incluso liberar el oxígeno que permitiría la existencia de formas de vida superiores, como los peces. Un autentico "Mar de dudas" rodea a la helada luna.

Ganímedes, grande y extrañamente magnética.

La luna más grande de Júpiter, Ganímedes, reina como la luna más grande del sistema solar. De hecho, es incluso más grande que el planeta Mercurio. Otra distinción de Ganímedes: es la única luna con su propia magnetósfera, que es una región que rodea a la luna en el que partículas cargadas procedentes del Sol son desviadas por un campo magnético.

Ganímedes.

La particularidad de esto es que no conocemos otro "cuerpo pequeño" que posea una similar, y no existen modelos teóricos que expliquen satisfactoriamente como esta luna posee un campo magnético de estas características.

La magnetósfera de Ganímedes, se supone, fue formada de una manera muy similar a la de la Tierra, debido a la convección en el núcleo de la luna de hierro líquido. Aprender cómo se genera ayudaría a una mejor comprensión del campo magnético de nuestro propio planeta.

Como si fuera poco, Ganímedes también puede tener océanos ocultos en su corteza gris, rocosas y heladas. Este mundo es un destino potencialmente colonizable para la humanidad en el futuro, será estudiado por la misión Jupiter Ganymede Orbiter JGO, desarrollado por la agencia espacial europea ESA.

Jupiter Ganymede Orbiter JGO.

La maltratada Calixto.

La Luna galileana con la más lejana órbita de Júpiter, es Calixto. A diferencia de Io y Europa (e incluso Ganímedes hasta cierto punto), donde la actividad geológica ha borrado muchos cráteres, Calisto lleva las cicatrices de eones de impactos de meteoritos. La luna, geológicamente muerta, se considera el objeto con más cráteres del sistema solar.

Calixto.

Los paisaje de Calixto se encuentran, por lo tanto, entre los más antiguos de la historia, de entre unos cuatro mil millones de años. El análisis de sus materiales de la superficie sería como abrir un túnel del tiempo de vuelta al sistema solar primitivo.

Calixto podría estar llena de sorpresas en el interior. También, para no ser menos, un océano subterráneo podría esconderse bajo la torturada superficie de la luna, otra posible morada para la vida alienígena en los dominios de Júpiter. (O para la humanidad, si esta decide aventurarse en el espacio).

Para que conste que no solo de las lunas galileanas vive el investigador joviano, aquí va un misterio más.


Desde su descubrimiento en el año 2000, una pequeña luna de sólo 4 kilómetros de diámetro y con la designación S/2000 J 11 ha desaparecido. Los astrónomos creen que la pequeña luna en realidad se ha estrellado en Himalia, la quinta luna de Júpiter, la más masiva después de las cuatro Galileanas.

Himalia.

El posible impacto parece haber creado una corriente de materiales, observados en 2006, que incluso podrían haber formado un nuevo anillo alrededor de Júpiter. Tenues anillos del planeta, naturalmente, no tendrán la espectacularidad de los anillos de Saturno pero ,como con Saturno, las lunas  desempeñan un papel clave en el suministro de las partículas que componen los anillos planetarios.



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